Los Juegos pusieron a prueba la voluntad

El voluntariado también juega un papel importante en las justas.


Su labor puede pasar desapercibida, incluso hasta invisible, pero es definitiva para lograr cualquier propósito. En este caso, que los II Juegos de Mar y Playa tuvieran su normal desarrollo. Y así fue gracias a ese esfuerzo conjunto, al gran trabajo en equipo que no dio medallas, pero sí la satisfacción del deber cumplido.

El voluntariado de las justas que organiza Coldeportes ha hecho lo suyo. Velar porque logísticamente el desarrollo de las diferentes competencias raye en lo impecable. En antidopaje, prensa, protocolo y las 10 disciplinas que hicieron parte de la programación oficial, siempre estuvo esa mano extra para soportar.

“Cartagena tiene una fortaleza, un personal que ha venido trabajando desde 2006 con los Centroamericanos, la Copa del Mundo Sub-20 de fútbol, entonces este tipo de personas cuentan con un background importante, los cual facilita la labor desde ese punto de vista, aunque cada certamen tiene sus aspectos particulares y, en este caso, conocimos deportes nuevos como balonmano playa y rugby plaza”, afirma Gustavo González, responsable de todo el personal de apoyo.

“Como hombre de deporte, estar cerca de él permite disfrutar de tantas disciplinas, algunas desconocidas, pero esa es la retribución al trabajo que se hace. En definitiva, uno termina capacitándose”, reconoce Juan Carlos Camelo, uno de los 63 voluntarios y que trabaja desde hace dos años con IDER Cartagena.

Este cartagenero de 42 años, también docente de fútbol, disfruta de su rol en los II Juegos de Mar y Playa. No es su primera experiencia. De hecho completa la tercera porque primero apoyó en los Supérate intercolegiados del año pasado y recientemente en los Juegos del Caribe. Le correspondió ahora medio turno, pero varios compañeros tuvieron jornada completa que iba de 6 de la mañana a 4 de la tarde.

Para Camelo, “con todo y que la mayoría sean profesores, el cariño y las ganas de ejercer el voluntariado siempre prevalecen”. “Esta semana nuestros alumnos tuvieron libre, pero ya el lunes retomamos labores porque la niñez y la juventud de la ciudad deben tener al deporte como prioridad”, dice el también licenciado en educación física.

No ve la hora de compartir con los niños entre 9 y 12 años, que divididos en turnos a mañana y tarde, sueñan con ser futbolistas profesionales. El ‘profe’ como le llaman, les dirá que está bien ilusionarse, pero también hay que untarse de deporte. Y el voluntariado en unos juegos, es más que una alternativa para hacerlo.