II Juegos de Mar y Playa

Del 16 de mayo al 23 de mayo

Un oro que vale por cuatro

mayo 18, 2015
La primera medalla de los Juegos de Mar y Playa fue para Bogotá.


Cuando Diana Gómez, encargada de protocolo deportivo de los II Juegos de Mar y Playa, invitó a subir a lo más alto del podio a Bogotá, el color de la mañana cartagenera cambió por completo. No hizo falta que el sol asomara. El amarillo lo aportaron las cuatro nadadoras que dominaron los 4x2.000 metros. Y su esfuerzo fue al rojo vivo, como el otro color de la bandera capitalina.

El trabajo en equipo realizado por Lina Constanza Arango, Lina Marcela Grajales, Kelly Pérez y Paula Aguirre, les permitió llevarse este domingo la primera medalla dorada de las justas. Un honor que aumentó al ser el director de Coldeportes, Andrés Botero Phillipsbourne, el encargado de distinguirlas.

Si bien la prueba había sido el sábado, el que la premiación se realizara un día después por cruzarse con la ceremonia inaugural, no mermó la emoción del triunfo. Por el contrario, la multiplicó. El júbilo llegó a su punto alto cuando por los amplificadores es escuchó el himno de la capital.

“Es un orgullo representar a Bogotá, pero es mayor la responsabilidad de corresponder a la exigencia que esto demanda”, reconoce Grajales, de 26 años, que atribuyó el triunfo “al esfuerzo colectivo y también al proceso que viene de meses, con el que de paso mejora la preparación para el gran objetivo del año que son los Juegos Nacionales”.

Sonrieron. Se sonrojaron incluso cuando sus compañeros de delegación gritaron ‘¡Bogotá, Bogotá, Bogotá!’ a todo pulmón. Pero un gesto emotivo fue el de Arango con Paula Alejandra Aguirre. La juventud y la experiencia fueron un solo abrazo. La primera es quinceañera, mientras su coequipera ya piensa en dejar la actividad de alto rendimiento a los 36 años.

La menor de la delegación capitalina fue la encargada de rematar el relevo. Semejante presión se hizo llevadera “gracias a los consejos del entrenador y las compañeras que siempre tuvieron palabras de aliento y confianza para estar bien en la prueba”.

Paula, que vive su adolescencia entre el agua con entrenamientos que le deparan medio centenar de horas a la semana, confesó con la medalla de oro en su pecho: “Estaba preocupada porque no me alcanzara la niña de Valle, pero nadé con confianza y determinación, y eso dio la tranquilidad para cruzar de primera”.

Bogotá no tiene mar, pero cumple y de qué forma en los Juegos. En subacuáticas no tiene rival de arranque y Aguirre que a falta de agua salada en la capital, buena “es la altura, un aspecto que favorece mucho para la preparación. Ya en el tema de orientación, la práctica se hace en una represa o un lago, aunque en la competencia cambian un poco las condiciones”.

En Tominé, por ejemplo, las bogotanas se alistaron para encarar aguas abiertas. Ya en Bocagrande, la consagración les puso una cita. Y ellas le cumplieron con un tiempo de 1h28m33s. Puntuales al éxito. El mismo al que Paula le apunta en el objetivo principal del año. “La intención es ganar los Juegos Nacionales y para lograrlo, debemos seguir preparándonos de la mejor manera. Los de Mar y Playa ayudan muchísimo, hasta en la motivación para que Bogotá se confirme como potencia. Tenemos fe y capacidades”, agregó la joven nadadora que ya le ha dedicado siete años a esta disciplina. Y los que le faltan.

Por ahora disfruta del primer oro en Cartagena. La medalla va para la casa, a donde regresa este lunes con la satisfacción del deber cumplido, pero teniendo claro que lo fuerte siempre está por venir. Con voz aún delgada admite estar preparada. Y sin complacencias de ningún tipo por la corta edad. ¿Consentida? “No, para nada, me exigen lo mismo, incluso más”. 
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